JURÍDICO

Factoring

El Factoring es una alternativa de financiamiento dirigida preferentemente a pequeñas y medianas empresas, la cual consiste en anticipar en dinero rápido, el pago de las ventas con facturas, letras o pagarés.

Esta dirigido a personas naturales y empresas.

Factoring

Entre los beneficios del factoring están:

  • Atención personalizada en terreno.
  • Tasas convenientes.
  • Flexibilidad.
  • Rapidez.
  • Transferencia electrónica.

Tienen autorización para efectuar operaciones de factoraje:

Los bancos que deseen incluir las operaciones de factoraje dentro de su giro, deberán solicitar por escrito la autorización de esta Superintendencia, debiendo cumplir con los requisitos establecidos para el efecto en el artículo 72 de la Ley General de Bancos.

Para acreditar el cumplimiento de esos requisitos legales y proporcionar la información necesaria para otorgar la respectiva autorización, los bancos interesados deberán entregar los antecedentes.

Los plazos para la tramitación de la autorización y los eventuales rechazos de la solicitud, se rigen por lo dispuesto en la ley sobre factoring.

Tipo de operaciones de factoraje autorizadas.

Las operaciones de factoraje que puede realizar un banco, comprenden la gestión de cobro de créditos en comisión de cobranza o en su propio nombre como cesionaria de tales créditos y el anticipo de fondos sobre esos créditos.

Además, incluye la asunción de los riesgos de insolvencia de los obligados al pago. Cualesquiera sean los instrumentos con que se documenten los créditos y los contratos con que se formalicen los servicios, cesiones de derechos o garantías, las operaciones de factoraje deben circunscribirse a los créditos originados en las ventas de bienes o prestación de servicios no financieros, efectuadas por las personas naturales o jurídicas con que se pacte la operación de factoraje, o por cuenta de cuyos compradores se asume el compromiso de pago.

Se entenderá que corresponden a actividades derivadas de las operaciones principales antes descritas, el registro o gestión de cuentas, el análisis y clasificación de potenciales compradores, la investigación de mercados, el asesoramiento en materias legales, etc. siempre que no signifiquen asumir las decisiones comerciales o financieras por cuenta de los clientes y se circunscriban a la actividad que originan los créditos.

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